El ayuno intermitente anda en boca de todos actualmente, aunque sólo unos pocos sepan realmente en que consiste y sobre todo la forma adecuada de ponerlo en práctica. Este articulo se centra básicamente en determinar como repercute el mismo en el desempeño de los deportistas.
Para ello vamos a tratar de responder en forma de tips algunas preguntas que se formulan aquellos que desempeñan cualquier actividad física con regularidad.
Comencemos:
- Lo primero que hay que tener en cuenta es que tipo de deporte se realiza y cuáles son sus necesidades calóricas. Si se hace una actividad física que requiere el consumo de grandes cantidades de calorías es posible que el ayuno intermitente no sea una opción viable, pues esto obligaría a consumir todas esas calorías en un periodo más corto de tiempo.
- Tanto deportistas como no deportistas deberían considerar el pedir ayuda a un nutricionista para guiarles en un plan de alimentación adecuado para el tipo de ayuno intermitente elegido.
- El horario en el que hacemos el ayuno y en el que comemos ha de adaptarse a la hora en que practicamos deporte. Así, surge la pregunta, ¿es mejor hacer ejercicio antes o después del ayuno? Lo más recomendable es hacer los ejercicios durante el ayuno o después del mismo, por lo que habrá que adaptar la práctica del ayuno a el horario de nuestro entreno.
- Es importante definir los alimentos a consumir después del ayuno, ya que el mismo no nos da licencia para comer cualquier cosa si realmente lo que perseguimos es conseguir los mejores resultados. Así, se ha de priorizar la ingesta de nutrientes como proteínas que nos ayuden a mantener o aumentar nuestra masa muscular, evitando a toda costa el consumo de alimentos ultraprocesados, azúcares añadidos y grasas saturadas.
- Una adecuada fuente de proteínas la proporcionan las carnes blancas como el pollo, el pavo y el pescado, así como la clara de huevo, soja, frutos secos o tofu. Los ácidos grasos esenciales los podemos obtener del aguacate, las aceitunas y las semillas. Esto se ha balancear con el consumo de verduras, frutas, legumbres y alimentos ricos en fibra.